Aquellas personas que padecen afecciones o enfermedades cardíacas o pulmonares cuentan con una mayor probabilidad de sufrir síntomas más severos al infectarse del virus COVID-19.
El COVID-19 no afecta a todas las personas por igual, de hecho, muchas personas infectadas son asintomáticas, es decir, no presentan síntomas, pero sí pueden contagiar a otras personas, de ahí el peligro y la gran propagación que se está sufriendo a nivel mundial.
Cualquier persona puede contagiarse con el virus de COVID-19. El riesgo de desarrollar síntomas peligrosos de COVID-19 puede aumentar en las personas mayores y también en las personas que padecen otros problemas de salud graves, como tener sistemas inmunitarios debilitados, enfermedades cardíacas o pulmonares, obesidad grave o diabetes.
Existe un riesgo mayor de desarrollar síntomas graves con la edad, las personas mayores de 65 años o más sufren mayor riesgo de tener síntomas graves. El riesgo es mayor si estos sufren de problemas de salud preexistentes.
Es importante tomar todos los medicamentos en tiempo y forma. Considera la posibilidad de elaborar un plan de atención médica que incluya información sobre tus enfermedades, medicamentos, nombres de los médicos y contactos de emergencia.
Los residentes de los asilos de ancianos y convalecientes corren un alto riesgo ya que suelen tener diversos problemas de salud preexistentes, esto combinado con una edad avanzada. Si vives en un asilo de ancianos y convalecientes es muy fácil que los gérmenes se puedan propagar, es necesario tener las medidas adecuadas para prevenir la enfermedad. Informate sobre las medidas y cuidados para los residentes y sobre cuáles son las restricciones a los visitantes. En caso de sentirte mal, comunícaselo al personal.
Este virus es una nueva enfermedad, y poco a poco se va conociendo más información sobre sus síntomas, tratamientos, secuelas, etc. Por el momento, la información y datos sobre el impacto de muchas enfermedades subyacentes sobre el riesgo de enfermarse gravemente a causa del COVID-19 son limitados.
Acorde a lo que se conoce hasta el momento, los adultos de cualquier edad con las siguientes afecciones podrían tener mayor riesgo de enfermarse gravemente por el virus que causa el COVID-19:
Asma (de moderado a grave)
Enfermedad cerebrovascular
Fibrosis quística
Hipertensión o presión arterial alta
Personas inmunodeprimidas
Afecciones neurológicas, como la demencia
Enfermedad hepática
Sobrepeso
Fibrosis pulmonar
Diabetes mellitus tipo 1
El COVID-19 ataca los pulmones, por lo tanto hay mayor probabilidad de que presente síntomas graves si sufres de problemas pulmonares preexistentes. Hay un riesgo mayor de presentar síntomas de gravedad si tienes las siguientes enfermedades:
Cáncer de pulmón
Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
Las siguientes enfermedades pulmonares pueden aumentar el riesgo de enfermarse gravemente con el virus de COVID-19:
Fibrosis quística
Fibrosis pulmonar
Asma moderada a grave
El fumar o vapear además de ser un desencadenante para el asma, puede dañar los pulmones e inhibir el sistema inmunitario, lo cual aumenta el riesgo de sufrir complicaciones graves con el COVID-19.
Las personas que sufren de ciertas enfermedades crónicas tienen más probabilidades de sufrir síntomas graves en caso de tener COVID-19. Entre las afecciones se encuentran la diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas graves, y la obesidad mórbida. El sufrir de presión arterial alta y la diabetes tipo 1 puede aumentar el riesgo de síntomas peligrosos de COVID-19.
Es importante mantener controlados los niveles de glucosa en la sangre y tomar medicamentos para la diabetes y la insulina.
Las enfermedades cardíacas como miocardiopatía, hipertensión pulmonar, enfermedad cardíaca congénita, insuficiencia cardíaca o enfermedad de las arterias coronarias, presentan un mayor riesgo de tener una enfermedad grave. Es importante controlar tu presión arterial alta de forma continua y toma los medicamentos como te indique el médico.
Cáncer y ciertos trastornos sanguíneos.
Las personas con cáncer tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad más grave a causa del COVID-19. Este riesgo varía, según el tipo de cáncer y del tratamiento que esté recibiendo el paciente.
La anemia de células falciformes es otra afección que aumenta el riesgo de síntomas graves de COVID-19. Este trastorno hereditario hace que los glóbulos rojos se vuelvan duros, pegajosos y tengan la forma de la letra "C". Estos glóbulos rojos deformados mueren temprano, por lo que el oxígeno no puede transportarse también por el cuerpo y causa obstrucciones dolorosas en los vasos sanguíneos pequeños.
La talasemia es otro trastorno sanguíneo hereditario, puede aumentar la probabilidad de presentar síntomas graves de COVID-19. En la talasemia, el cuerpo no produce suficiente hemoglobina lo cual afecta que los glóbulos rojos no puedan puedan transportar oxígeno adecuadamente.
Muchas afecciones pueden debilitar tu sistema inmunitario. Las afecciones que afectan a tu sistema inmunitario y aumentan el riesgo de enfermedades graves por COVID-19 incluyen:
Trasplantes de órganos
Tratamientos oncológicos
Los síntomas graves por COVID-19 pueden aumentar si posees enfermedades como:
VIH/SIDA
Trasplante de médula ósea
Consumir a largo plazo prednisona o fármacos similares, los cuales debilitan el sistema inmunitario
En caso de tener un sistema inmunitario débil es posible que debas tomar precauciones adicionales para evitar contagiarte del COVID-19.
Enfermedad renal o hepática crónica
Si tienes una enfermedad renal crónica o una enfermedad hepática crónica, puedes tener un mayor riesgo de enfermar gravemente de COVID-19.
Mantente en contacto con tu médico y hazle saber si te sientes enfermo.
Medidas para evitar contagiarse
No existe forma de garantizar que el riesgo de infección sea nulo, por lo que es importante conocer los riesgos y cómo protegerse tanto como sea posible. Las personas con mayor riesgo de sufrir gravemente COVID-19 deberían tener en cuenta su nivel de riesgo antes de salir y tomar las medidas necesarias para protegerse.
Medidas recomendables
Uso de mascarilla
Lavado de manos con geles o soluciones de manos con al menos un 60 % de alcohol, si es posible.
Evitar tener contacto con las personas que no usen mascarillas o pedir a quienes lo rodean que usen mascarillas.
Evitar espacios cerrados, mal ventilados o con mucha afluencia de personas.
Y recuerda: ¡Hazte la prueba!
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¿Por qué es importante la prueba COVID-19? La prueba COVID-19 es una forma importante de proteger a tu familia, tu comunidad y a ti mismo.
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