Nutrición

¿El estrés está causando que subas de peso?

¿Te sientes estresado últimamente y junto con ello comienzas a ver cambios en tu peso? La relación entre el estrés y el aumento de peso es evidente

Vivimos en un mundo cada vez más rápido y agitado que altera nuestra mente y cuerpo, generando problemas ya no solo psicológicos sino también físicos. Muchas personas creen que, al estar todo el día nerviosas en el trabajo y corriendo, van a adelgazar, pero la realidad es distinta.

El estrés juega un papel importante en el aumento de peso, si bien es cierto que al principio puede hacer que pierdas el apetito, el estrés crónico a largo plazo afecta tu capacidad para mantener un peso saludable.
El estrés genera más cortisol, el cortisol genera mayor apetito por alimentos azucarados o grasos y esto muchas veces se transforma en grasa en la parte abdominal de nuestro cuerpo.

Cortisol:
El Cortisol también conocido como la “hormona del estrés” es una hormona producida por la glándula suprarrenal que sirve para aumentar el nivel de azúcar en la sangre, esta hormona se libera como respuesta a el estrés. Durante episodios de estrés y tensión los niveles de cortisol se elevan, debido a que el aumento de esta hormona también aumenta los niveles de insulina, los niveles de azúcar en la sangre disminuyen y por consecuente se nos antoja alimentos azucarados y/o grasosos.

El estrés provoca hábitos poco saludables, por ejemplo:
Comer de forma emocional: comer en mayor cantidad o estar picando comidas puede proporcionar un alivio temporal a tu episodio de estrés o tensión, sin embargo, con el tiempo te darás cuenta que es un hábito que se interpone en el control de un peso saludable.

Saltarse comidas: al estar lleno de pendientes del trabajo, corriendo de un lugar a otro y haciendo muchas cosas a la vez puedes comenzar a caer en la trampa de saltarse comidas por quedarte a trabajar más tiempo o para evitar llegar tarde a tu siguiente junta, sin embargo, ésta no es la mejor solución.

Comer comida rápida o accesible: en medio de un episodio de estrés, pocas veces nos tomamos la molestia de pensar en qué podemos comer detenidamente. Comemos aquello que sea fácil, rápido o lo más accesible sabiendo que esto no siempre incluye la opción más saludable.

Dormir menos: el estrés puede provocar también problemas para dormir, lo cual está estrechamente relacionado con un metabolismo más lento.

Si además comemos mal y nuestro organismo tiene carencias en micronutrientes el estrés no se resuelve y además hace que descansemos mal y la calidad de nuestro sueño se resiente. La calidad y cantidad del descanso nocturno también influye de gran manera en el aumento de peso.

Está demostrado que entre las 5 de la mañana y las 5 de la tarde el organismo genera la energía necesaria para realizar actividades físicas e intelectuales mientras que a partir de las 5 de la tarde el cuerpo se dedica a la reparación y regeneración. El aminoácido Triptofano es el responsable de liberar Serotonina, que nos aportará sensación de bienestar y ésta a su vez de la Melatonina que ayuda a regular los ciclos sueño.
Los alimentos ricos en triptófano son muy importantes para regular la Ansiedad por la comida. Este aminoácido abunda en los huevos, avena, semillas de sésamo, entre otros. Por eso es importante comer a nuestras horas, dormir lo suficiente; pero sobretodo darnos cuenta que el estrés no genera nada beneficioso para nuestro cuerpo, por lo que es mejor intentar relajarse y dejar que el problema fluya hasta que se encuentre una solución y no preocuparse precipitadamente; si no queremos un problema para nuestro organismo.

Consulta a un especialista en Nutrición para disminuir las posibilidades de desarrollar algún problema de salud relacionado con problemas de alimentación.

Ejercitarte de forma regular, una dieta balanceada y nutritiva, ejercicios de respiración y meditación, así como la reducción de la lista de cosas pendientes por hacer, puede ayudarte a mantener los niveles de estrés controlados al igual que tu peso.